LUIS ERNESTO GÓMEZ



(Maracay, Venezuela, 1977)

LA MÚSICA Y LAS ARTES EN LA EDUCACIÓN BÁSICA DE VENEZUELA: Apuntes para un debate necesario
Estudio realizado para la Comisión de Educación, Cultura y Deportes de la Asamblea Nacional de Venezuela, 2007

Entrevista a Eva Estrada
Subdirectora Administrativa del
Instituto Universitario de Estudios Musicales.
Caracas, 13 de Abril de 2007
Entrevistador: Luis Ernesto Gómez

“Tener acceso a la educación musical y a la creatividad artística es un derecho que todo venezolano tiene que gozar”


L.E.G.- Buenos días, Profesora Estrada, estamos aquí para hablar sobre la inclusión de la Música en el Proyecto de Ley de Educación. Quisiéramos tomar algunos aportes de su persona para este proyecto. Cuál es el panorama actual de la educación musical en la legislación venezolana y hacia dónde vamos?


E.E.- En la Ley Orgánica de Educación actual, la educación artística y la formación para las artes tienen presencia solamente en un par de artículos en lo que se dice que la educación artística será una modalidad del sistema educativo y que el Estado mediante normativas especiales legislará acerca de cómo será esa formación. El Reglamento de Educación Artística que tenemos es muy viejo, es del año 1957, y luego allí tenemos dos normativas, una que es, la Gaceta Oficial 909 del año 1964, que es donde se expresan los programas de estudio de música para las Escuelas de música, y luego posteriormente, en los años 1989-90 se inicia lo que se llamó la Reformulación de la modalidad educación estética y formación para las artes, que fue un trabajo que se hizo mediante Convenio Ministerio de Educación y Consejo Nacional de la Cultura para crear la Escuela básica de música y la Escuela básica de danzas, y son las que están vigentes. Lo curioso es que el Estado venezolano no desarrolló la propuesta del año 1989 de manera sistemática y evaluable, es decir, si bien esas resoluciones, a la luz de hoy en día, pudieran tener algunas cosas que se pudieran corregir, fue una buena iniciativa porque trataba de hacer realidad aquello de que existiera formación artística en el sistema educativo venezolano. Recordemos que la ley dice que el sistema educativo venezolano estará formado por niveles y por modalidades, los niveles son el preescolar, la escuela básica, la media diversificada-profesional, y el nivel superior, que es el universitario, y por otro lado, las modalidades, que en general eran, para la formación artística, para la formación de ministros del culto (sacerdotes), entre otras. Aquél proyecto promovía la creación de instituciones, por ejemplo, una escuela básica de música que contenía un plan de estudios de formación general como el de todas las escuelas básicas, pero que adicionalmente, lo que era el área de formación para el trabajo, era cubierta con todas las asignatura de música. En el caso de danza, lo mismo. Digamos que esos fueron primeros pasos importantes, la parte positiva de la iniciativa. La otra parte, es que en la Escuela básica y en el pensum referido en el Proyecto educativo nacional de 1997 se establece un área de formación estética y dentro de esa área, está teatro, artes plásticas y está música. Tanto en la Ley del 80 e incluso antes, siempre hubo esa
aspiración de que las artes, la música, el teatro, la danza, la plástica, formen parte del currículum general, porque son manifestaciones humanas, porque la sociedad no vive nada más de los que son las ciencias básicas y las materias técnicas, sino que también tiene necesidad de manifestarse originando bienes culturales.
Tener acceso a la educación musical es un derecho que todo venezolano tiene que tener. El venezolano debería poder acceder más allá de la música que lo rodea dentro de su cotidianidad, sino que debería tener acceso a tocar, a cantar, a analizar, a conocer las formas, los géneros, de dónde vienen esos géneros, qué papel juegan dentro de mi cultura, eso es un derecho de la persona, y como derecho, tiene que estar inserto dentro de lo que consideramos la formación básica de la persona.

L.E.G.- Siguiendo este orden de ideas, como derecho, la música o el hacer artístico, debería incluirse en el currículum y por tanto, debería tener ciertos niveles de obligatoriedad ¿Qué tópicos de la educación musical o del hacer artístico se podrían incluir en el currículum básico del venezolano?

E.E.- Fíjate, yo pienso que tal cual como está descrito en el currículum del Proyecto educativo nacional del 1997, puede ser un punto de partida para desarrollar. La persona tiene que poder hacer, conocer los distintos lenguajes a través de los cuales pueda expresarse, es decir, la persona podría utilizar las artes como un lenguaje, para comunicarse, para expresarse, para manifestar ideas o sentimientos, o simplemente por mero juego, por mera autosatisfacción, puede utilizar el lenguaje artístico como vehículo para comunicar ideas sociales, ideas políticas, o sentimientos; la persona debería poder manejar los lenguajes artísticos, los lenguajes de la música, de la danza, de la plástica, también tiene que conocer cómo se estructura, muy particularmente, cómo esos lenguajes nacen en tu propia cultura, y eso lo dice la constitución, la cultura es algo que nos pertenece a todos, es algo que el mismo pueblo, la misma sociedad genera y es algo con lo que te identificas, algo que te ayuda a construir tu contexto de ser humano en el mundo. La educación musical, en este caso, siempre, por alguna razón, por errores de interpretación, por malformación de los profesores, etc., siempre se ha confundido con el tema de enseñar el pentagrama, o sea, la nomenclatura de la música; la nomenclatura no es la música. La música es lo que suena. Qué debe haber allí? En primera instancia, la persona haciendo música; independientemente de la nomenclatura, no interesa si eso es una clave de sol, un pentagrama o una figura de notas, lo que importa al principio, es que la persona conozca los modelos, los patrones, las formas de configuración de lo que llamo la expresión sonora de los pueblos, por ahí es por donde hay que empezar

L.E.G.- Ahí estamos hablando de estudiantes de qué edades y de qué momento de enseñanza?

E.E.- Estamos hablando desde el preescolar hasta la primera etapa de escuela básica, primero, segundo y tercer grado. Hasta allí, no es imprescindible que tú comiences a utilizar nomenclatura; lo que sí podría hacerse es ensayos acerca de formas de representación gráfica del pensamiento musical, o de las estructuras musicales. A qué me refiero, se pueden hacer experimento donde el niño trata de representar lo que está escuchando o creando o haciendo musicalmente, hay digamos, grafía abierta donde el niño podrá poner en un plano lo que ocurre en el mundo sonoro.
A partir de la segunda etapa, se puede comenzar a enseñarse nomenclatura, por qué? Porque se supone que anteriormente ya se ha profundizado de manera organizada en todas las representaciones musicales auditivas dentro del cerebro de la persona. Es como el proceso del aprendizaje de la lengua materna: tú primero aprendes a hablar, a comunicarte, a expresarte en el lenguaje materno y luego es que tú aprendes a escribirlo. Y es bien importante esto porque, en la tradición de la educación musical se pretende que desde el primer momento que la persona ingresa a una escuela de música, o incluso en la misma escuela básica, comience a escribir. En ese caso, la persona empieza a escribir algo para lo cual, ni siquiera tiene representación; es algo así como, por ejemplo, que tú empieces a escribir la palabra “vaca”, sin que en tu vida hayas escuchado o ni visto una vaca. Qué sentido tiene eso? Lo mismo pasa en la tradición de la enseñanza musical.
Por otro lado, en esa misma tradición, comenzamos dentro de algo que yo no sé en qué momento alguien consideró que era lo más sencillo, que eran las notas sueltas, la escala mayor, completa por redondas, por ejemplo. Con frecuencia vemos en los programas de enseñanza de solfeo, la frase: “comenzar con ritmos sencillos”. Para mí, la sencillez de un ritmo viene dado con el grado de familiaridad que uno tiene sobre ese ritmo. De modo que para nosotros, este ritmo[1] ...
(hace el ritmo básico de la clave caribeña)



...es mucho más familiar (y más complicado en el mundo musical académico), que este ritmo...
... (mucho más simple). Porqué? Porque la síncopa[2] está inmersa en nuestra cultura. Entonces, es lo que oímos en un barrio cualquiera. Si te montas en un carrito por puesto, y lo que la gente escucha principalmente es salsa, vallenatos y otros ritmos. Eso es lo que está más próximo de las personas. Si vas al llano, en Apure, por ejemplo, la gente lo que está oyendo son joropos, pajarillos y golpes. Entonces, lo sencillo viene dado por lo que es más próximo. Por dónde debe aparecer el aprendizaje de la lecto-escritura musical? Justamente, por los patrones rítmico-melódicos que no son más sencillos, sino lo más familiares. Y esta idea no es mía, esta idea ya la dijo Kodaly en Hungría, hace muchos años. En los años 50-55, Béla Bártok estaba colaborando con Kodaly, recopilando todo lo que era el acervo musical húngaro, lo estudiaron, identificaron cuáles eran los patrones rítmico-melódicos más comunes, y allí es donde se empieza, tanto el entrenamiento vocal y de ejecución como luego, la lecto-escritura, por lo que es más familiar, más próximo.

L.E.G.- ¿Qué antecedentes de esfuerzos nacionales de alfabetización musical podemos citar, y qué podemos tomar de ellos?

E.E.- En relación a lo que es el reconocimiento nacional de la música como bien cultural, el principal es Kodaly, es el antecedente más explícito. Sin embargo, vamos a encontrar que en los otros métodos de educación musical, todos o casi todos toman de lo que es el repertorio familiar, sencillo, entre comillas, para los niños franceses en el caso de Martenot, para los niños belgas en el caso de Willems (?). Frederich Jacques, o el hermano Juan, es una melodía común para toda la cultura europea, eso es música folklórica popular europea. Cuando nosotros trasladamos esos métodos aquí, ya nos obligan a que eso sea música familiar para nosotros, entonces esa música solapa lo verdaderamente familiar para nosotros.

L.E.G.- Nosotros deberíamos crear nuestros propios métodos con nuestros propios repertorios de enseñanza musical?

E.E.- Claro que sí, definitivamente. Hay un antecedente en Latinoamérica con Emma Garmendia en Argentina. Ella no es tan preocupada por el tema de la familiaridad de lo que se está aprendiendo con el contexto del niño, sin embargo, es una de las primeras que hace una recopilación de música universal y latinoamericana. Es una de las primeras que introduce el repertorio latinoamericano como parte del aprendizaje de la música, melodías puertorriqueñas, argentinas, peruanas, mexicanas, entre otras.
La música es un bien, las artes plásticas son bienes, el teatro es un bien, pero hay que comenzar a aprenderlo desde lo que son los contenidos más próximos a la cultura que manejamos.
Eso nos plantea un problema muy serio, en el caso de América Latina, y es que por una razón histórica de países subdesarrollados, o del tercer mundo, nosotros, nuestra cultura ha sido solapada, tapada, por la cultura de masas, sí hay un imperialismo, sí hay una dominación de la cultura que tiene el poder económico. Y esa cultura que tiene el poder económico no se corresponde necesariamente con la cultura natural u originaria de las sociedades, y en nuestro caso la Latinoamericana lo que ha hecho es solaparla y aplastarla. Pero también lo que ha hecho esa cultura imperial, es separar a nuestros países de modo que nos desconocemos profundamente. Sabemos que por ejemplo, en Brasil, Villa-Lobos, por hablar de algún músico académico, hizo un tremendo trabajo y fue una de las personas más ocupadas por considerar el repertorio, los patrones, los modelos, los géneros populares y utilizarlas para su propia creación musical. Pero no solamente eso, creó un movimiento coral para niños donde el repertorio estaba vinculado con lo popular de su país. Ahora, esa experiencia nosotros la desconocemos, solamente la conocemos muy pocos. Desconocemos los modelos y los patrones musicales, los géneros de los bolivianos, de los argentinos, de los ecuatorianos, de los colombianos. Muchos venezolanos desconocen el gran parentesco que tenemos con Colombia en todo lo que es el género joropo, esa riqueza poco la conocemos, sin embargo, forma
parte de nuestra realidad. Nos hemos segmentado como cultura. América Latina y el Caribe somos una gran cultura, muy rica, variada y diversa, y entre nosotros nos desconocemos profundamente y sin embargo, conocemos pero con lujo de detalles la cultura estadounidense o la cultura europea.

L.E.G.- La idea estaría entonces que entre los proyectos urgentes de integración cultural de América Latina que nos conozcamos profundamente.

E.E.- El ALBA cultural es imprescindible. Conocernos culturalmente es imprescindible, pero cómo? Bueno, impulsando la investigación en este campo de manera urgente. Tú enseñas biología basada en las investigaciones que se han realizado en el campo, el conocimiento acerca de la misma ha sido producto de una disciplina que se ha ido desarrollando y que ha ido creciendo y se considera que es un conocimiento importante para todo ser humano. Entonces, los educadores van con los especialistas biólogos y seleccionan aquella parte del conocimiento de la biología que es básica. En el caso de la música, tenemos que hacer lo mismo, pero además contextualizado. Igual que se hizo en Hungría, en América Latina y más concretamente en Venezuela, tenemos que abrir, montar una estructura de investigación que permita a los educadores musicales acceder, organizar, sistematizar esos repertorios y en vez de usar métodos de solfeo foráneos y descontextualizados, utilizar nuestro repertorio para aprender.

Por otro lado, es conveniente no darle al término arte una etiqueta de conocimiento o disciplina que solamente pueden acceder las personas que tienen talento. Si la música es una manifestación del ser humano, si la música existe en todas la culturas – tienes culturas sin lenguaje escrito, pero no tienes culturas sin música, no existe una sola cultura en el mundo sin música –, entonces la música puede ser aprendida por cualquiera, puede ser ejercida por cualquiera. Igual que el cálculo matemático, el lenguaje y el conocimiento sobre física y química, todo el mundo puede y está en capacidad de aprender y hacer música, igual que está en capacidad de hacer música, plástica, danza teatro y artes circenses si se lo propone. Todos los seres humanos tienen esas competencias, tienen esas capacidades. También hay que tener muy en cuenta la distinción de la formación general para todos y luego, la que es la formación especializada para el que quiere dedicarse a una disciplina.

L.E.G.- Claro, en el caso de la Ley de Educación, estamos hablando de la música en la formación general.

E.E.- Por eso tenemos que distinguirlo, porque entonces también, todavía los maestros de la escuela básica y algunos profesores de música que dan clase dentro de la misma, lo hacen un poco con esa sensación de que esto es algo así como una especie de “barniz mal echado”, una especie de formación inicial que a veces hasta ellos mismos descalifican, y ellos no la ven como algo que está relacionado con lo que en un futuro pudiera estudiar una persona que va a dedicarse a la música como profesión. Y eso es un error. Conocer los patrones, los modelos, el aprender a tocar, el aprender a escuchar, de todo, tanto de la música de nuestra cultura, como otras cosas del repertorio mundial, tienen que formar parte del aprendizaje obligatorio del todo ser humano. Nosotros aprendemos la leyes de la física y eso es válido para todos. Podemos estudiar repertorios internacionales, y podemos hacer énfasis en repertorios que no tienen que ver ni con Europa, ni con América Latina y el Caribe, repertorios de África y de Asia, ponernos en contacto con las culturas sonoras, con el sonido de las culturas. Desde ese punto de vista, considero que arte es una palabra delicada, prefiero hablar de sonidos de una cultura.

L.E.G.- Estamos incluyendo entonces, lo académico y lo popular.

E.E.- Por supuesto, claro que sí, pero sin privilegiar a ninguno de los dos, porque esa es la raíz. Porque es en esos privilegios que se ha generado esa falsa brecha entre la música académica y la música popular. Todo es música, eso es un continuum. El músico que ha logrado desarrollar un alto nivel de destreza en ejecución, obligatoriamente tiene que ejecutar obras de compositores latinoamericanos y europeos, pero también tiene que estar en capacidad de tocar, o al menos disfrutar la música de salsa, el rock, el jazz, etc. Son todas expresiones musicales, es un continuum, la clasificación es solamente necesaria para organizar los patrones, los modelos, pero creo que esas diferenciaciones entre el músico académico y el músico popular lo único que han hecho ha sido traer malos ratos al quehacer musical y han hecho que el músico popular se le considere así como una especie de “error” de la naturaleza desde el punto de vista del músico académico.

L.E.G.- Es algo así como una lucha de clases musical, que deberíamos ir superando.

E.E.- Esto es algo que hay que ir borrando, en el término y en la acción. Y sería muy bueno que ni siquiera sea mencionada esa distinción en la misma Ley. Por lo menos, debería quedar claro que todos los repertorios son válidos, que son importantes, que los repertorios no tienen la culpa de ser ejemplos de cultura, expresión de las sociedades. Es un pecado decir a priori que lo mejor o lo más desarrollado es la música sinfónica por encima de la música popular y viceversa. Estos pensamientos divisores y excluyentes debemos eliminarlos poco a poco. Lo que hay que hacer es impulsar un proceso educativo en el cual la persona vaya adquiriendo herramientas básicas para expresarse, para aprender a escuchar, ejecutar y cantar, y para crear.

L.E.G.- ¿Qué actividades concretas podemos inculcar en algunos momentos de la formación integral del venezolano, según lo que hemos estado hablando?

E.E.- Yo creo que todos los niños venezolanos tienen que saber tocar cuatro, todos. Vamos a suponer que lo abrimos un poquito: cuatro, maraca, bandola, mandolina o tambora. Los instrumentos de tu país los tienes que conocer. La estudiantina, o la agrupación que involucre a todos los instrumentos de percusión, de cuerda o de viento del país, eso tiene que estar en la escuela básica, tiene que estar en la primera etapa.

L.E.G.- Habría que elaborar programas de cuatro, de maracas, etc., para tener cierto repertorio definido para esto…

E.E.- Claro que sí, pero allí habría que investigar. Porque el niño que está en un proceso de iniciación, que está recién aprendiendo a poner los deditos, no puede tocar cosas tan complicadas, como “Conticinio” o “Sombra en los médanos”, hay que hacer repertorios pequeños, hay que buscar el repertorio infantil que tenemos y si no lo tenemos, crearlo.

L.E.G.- Cree usted que el Estado debería iniciar un Proyecto de investigación para incluir el cuatro, por ejemplo, y hacer un método para todos?

E.E.- Yo creo que hay que hacer los repertorios para las distintas edades, los catálogos. Porque el profesor sabe tocar cuatro, además de los repertorios, también hay que diseñar el modelo agrupación estudiantil, porque no necesariamente tiene que ser sólo la estudiantina, puedes tener agrupaciones pequeñas, de un cuatro, con unas maracas con un cantantes, pequeños grupos que montan repertorio de distinto tipo.

L.E.G.- A qué edad promedio recomienda usted que el estudiante venezolano aprenda leer música?

E.E.- A qué edad se tiene que aprender? No es un problema de edad principalmente, es un problema de cuánta experiencia musical consciente ha tenido el estudiante. Si nosotros dedicamos toda la primera etapa, ojo esto lo tendríamos que investigar, tendríamos que hacer la prueba y ver, sabes que esos resultados a medida que empiezas a activarte y a hacer cosas con la gente, ya comienza transformarse el contexto. Si nosotros aseguramos que en la educación preescolar, y durante el primero y segundo grado, la clase de música va a ser un lugar donde el niño: toca, escucha, se ha paseado, ha vivido y ha conocido una gran cantidad de repertorios y verbalmente identifica esto es un galerón, y porqué es un galerón? Bueno, porque tiene esta frase A, y tiene este estribillo, esta característica, etc., todo verbalmente, si acaso con alguna u otra grafía pero no específicamente musical, yo creo que el niño puede empezar el proceso de lecto-escritura en el tercer curso de la escuela básica. Ya el niño entiende quién es Mozart, Beethoven pero también quién es Luis Mariano Rivera, las dos cosas. Claro, a veces es un poco peligroso hablar de Mozart y Beethoven, porque se puede malentender que lo único que hay enseñar es Mozart y Beethoven nada más, y no es tan simple, todas las tendencias deben tener cabida en ese momento experiencial del niño.
Entonces, el alumno aprendió a escuchar y también a crear, a hacer pequeñas obras, entre ellos mismos, composiciones colectivas hechas por todo el salón o por un grupo de cuatro o cinco niños, eso debe ocurrir antes de meterse de lleno en el aprendizaje de la lecto-escritura musical.

L.E.G.- Un bachiller común que se gradúa en la República Bolivariana de Venezuela debería leer música? Cuál sería el valor de ello?

E.E.- Ya tiene que tener conocimientos de lecto-escritura musical. El valor es que la persona aunque no vaya a dedicarse a la música como profesión, tendría acceso, si para esa persona la música se convirtió en algo importante va poder acceder a los repertorios, si quiere tocar algo lo va a poder hacer, si quiere componer o ponerse a improvisar en su casa lo va a poder hacer, va a tener un espacio de acción adicional dentro de su vida. Otra cosa muy valiosa, me puedo reunir con la familia, con los amigos, con mi comunidad y en vez de estar en la esquina bebiendo caña y con la gaceta hípica en la mano, puedo estar tocando y creando música. El problema es que se cree que la música es solamente tocar, y aquí el enfoque que yo privilegio es que se estaría aprendiendo un lenguaje, y ese lenguaje no solamente tienes que aprender a leerlo, tienes que aprender a expresarte en él. La creación tiene que estar presente desde la iniciación hasta que la persona sale del bachillerato. Un muchacho que sale bachillerato podría perfectamente crear un joropo, crear una sinfonía o crear un guaguancó, o digamos una pieza que no tiene forma conocida, digamos, tradicional. Ese es el valor, permite no solamente a la persona, sino a las comunidades expresarse con dominio de la técnica, de las herramientas ya no básicas, porque un bachiller ya maneja productos notables, por ejemplo en matemática, la Curva de Gauss, en biología, las Leyes de Mendel, etc., y una cantidad de cosas complicadísimas, cosas de estadísticas, y los que están en humanidades, manejan latín y han estudiado filosofía, etc., por qué no puede ser que un estudiante de bachillerato salga componiendo, o pintando o haciendo teatro, por qué no? Que no podemos dar todas las artes, que a lo mejor hay que diversificar luego? Bueno, sí. Ahí es donde entramos al tema del cómo lo hacemos. Hemos tenido limitaciones con la docencia, y particularmente musical. Tenemos que formar estructuras de educación de docentes musicales efectivas y docentes eficientes.
Cómo lo hacemos? Tenemos que crear. Eso se inició en el Ministerio de la Cultura, pero está como trancado, yo no sé qué pasa. Me refiero a un Sistema Nacional de Educación en música, plástica, danza y teatro, un sistema que articule la escuela básica, que articule otras ofertas educativas en estas áreas, como pueden ser las ofertas que dan las casas de la cultura, taller de fundaciones, etc. Nosotros tenemos una diversidad grandísima de ofertas educativas en esas áreas, unos son talleres especializados de más o menos profundidad, otros están en la escuela básica, otros son los escuelas formales de música, plástica, etc., que es lo que hay que hacer, y eso ya se habló y eso ya se propuso, un sistema articulado. Por ejemplo, yo estudio en la Fundación Biggott un taller de tambora y si yo en un futuro, yo decido que voy a estudiar música formalmente, ése taller de tambora me debe servir para algo desde el punto de vista curricular, tiene que tener un peso, tiene que tener un valor, no puede ser una cosa que o me la cuentan o no me la cuentan, no. Tiene que estar articulado además con los programas que se harían en la escuela básica, y articulado con lo que se hace en las escuelas especializadas.
Desde mi punto de vista, no sería imprescindible que existieran escuelas de música. La formación básica en música, las puedes dar en las escuelas de formación general, todos los profesores que tenemos en las escuelas de música, los podemos tener en una escuela básica, para que los niños que quieran profundizar y hacer más énfasis puedan hacerlo y tengan un profesor de trompeta, de violín y de tumbadora, por ejemplo. No puede estar en todas las escuelas? Oye, por lo menos una en cada municipio… que haya una en cada ciudad, en cada comunidad? Sea como sea, necesitamos un sistema articulado.

L.E.G.- Para finalizar, qué sugerencias nos puede dar para incluir en el sustrato legislativo? Claro, no podemos saber en un primer momento qué niveles de especificidad podemos incluir en la ley, sin embargo, qué sugerencias puede darnos para incluir en la nueva Ley de Educación?

E.E.- Yo diría que no puede haber un solo artículo, debería hacer un capítulo dedicado a la formación en música, teatro, danza y plástica. Claro, en última instancia, digamos en una sección debería decirse que la educación musical, plástica, dramática y dancística es obligatoria. Que cada escuela básica debería tener un departamento de educación artística que coordine todas las actividades de formación artística de la escuela. Que cada escuela tiene que tener profesores especializados en esto. Que dentro del currículum formal de todo venezolano en formación tiene que haber yo diría, unas cuatro horas mínimo de formación musical. Que toda escuela debería ser provista de dotación para tal fin. Que pueden existir diversidad de ofertas educativas, pero que debe existir un sistema articulado. Creo que en la misma Ley Orgánica de Educación debería estar establecido cuál sería el sistema. Se podrían catalogar las ofertas de escuelas de música, las ofertas de escuelas básicas y otras instituciones de carácter cultural, como las casas de la cultura, etc., esas tres ofertas tienen que estar articuladas e integradas, de modo que garanticemos la movilidad del estudiante, de su experiencia y aprendizaje, a través de todo el sistema, de modo que permita que el muchacho que empezó a estudiar y le interese música desde niño en la escuela básica y termine el bachillerato y quiere ser músico, efectivamente haya adquirido experiencia y formación musical sólida, que no tenga que volver a empezar otra vez en la universidad a aprender cosas que debió haber aprendido en etapas más tempranas. Qué se debe considerar en términos de la Ley? Darle especial importancia al desarrollo del potencial creativo, desarrollo de la creatividad en cualquiera de esas áreas, al aprendizaje de la lecto-escritura, al reconocimiento de los distintos géneros y patrones en los que se expresa la propia cultura y culturas distintas, al manejo de las técnicas de creación cultural e interpretación. Claro, que todo esto es un derecho, es lo primero que va.
Todo esto es parte de la identidad, parte de la pertenencia. Esta es una herramienta importante que tenemos para defendernos ante la cultura de masas, es tener una sólida formación es tu cultura, conocerla muy bien, y eso debe ocurrir desde que el hombre está en formación, desde que está chiquitico. Nuestra cultura es diversa, y eso debe estar en la Ley, eso es básico. Tenemos que arrancar de ella.
Además, la globalización tiende al reduccionismo cultural, la globalización trata de imponer patrones culturales, fáciles de asimilar y reducidos, de modo que tengamos grandes masas de consumidores a nivel mundial. Esto atenta justamente contra lo que es la diversidad y riqueza, no sólo del ser humano, sino también de cada cultura, contra la especificidad de cada cultura. Una de las formas de hacer frente a la globalización, frente crítico, porque no quiere decir que no haya cosas de la cultura global que no sean valiosas, sí las hay. Pero un frente crítico, que tengamos personas que sean capaces de elegir, de decidir, esto atenta contra mi cultura y esto no, y sobre todo es muy importante, la cultura musical crece, se diversifica, se amplia, cambia cuando tu tienes actores culturales activos. Si no, vamos a vivir siempre pendientes del canto de cuna indígena, o de la fulía barloventeña, o del joropo clásico, pero podemos recrear sobre esas formas, eso es lo importante que la cultura empieza como a engrosarse, como a crecer. Nosotros a veces nos quejamos de que aquí en Venezuela, los compositores están como fuera, pero es que no les hemos dado chance, no hemos formado nuestra población, no le hemos dado la oportunidad. Creo que una de las maneras de hacer crecer nuestra cultura musical y hacerla que se diversifique todavía más, que encuentre miles de modos más de expresarse, es formando desde las escuelas básicas.

L.E.G.- Muchas gracias por su valioso aporte.




[1] Referencia a un ritmo de clave, base de la salsa y otros ritmos afro-caribeños.
[2] El término síncopa, se refiere a un desfase rítmico, que se encuentra en nuestra cultura venezolana. Es la base de ritmos afrocaribeños, del cual se dice coloquialmente que tiene un ritmo “sabroso” o que tiene “tumbao”.

Eva Estrada
Subdirectora Administrativa del Instituto Universitario de Estudios Musicales. Institución donde ingresa como Profesora en el año 1995, y donde ha desempeñado los cargos de Coordinadora del Programa de Profesionalización del músico en servicio (Promúsica), Coordinadora de la Mención Educación Musical, Coordinadora de Investigación. Licenciada en Artes Especialidad Música de la Universidad Central de Venezuela. Ha impartido clases a todos los grupos de edades, desde la iniciación musical hasta el nivel universitario, en La Escuela Descentralizada de Danza de Cumaná Estado Sucre, así como en la Fundación Escuela de Música de Chacao, Escuela Dalcroze y Escuela Manuel Alberto López de Caracas. A nivel universitario, ha impartido clases de Lenguaje Musical, Didáctica y Metodología de la Educación Musical, Planificación y Evaluación y las materias relacionadas con Investigación Educativa. Participó en la reformulación de la modalidad Educación Estética y Formación para las Artes, específicamente en el campo de la música, dentro el marco del Convenio firmado entre el Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de la Cultura en 1989.
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